miércoles, 2 de noviembre de 2011

NUNCA

Nunca digo cuanto pesa mi sombra lejos de la luz. Y no digo que estoy cansada de hablarle a la Luna. No cuento que mi corrosiva ansiedad convive con mi espera. Y nunca digo que el viento de mis ilusiones pesa toneladas. Tampoco digo el número exacto de lágrimas internas que derramo al despertar. Jamás confieso que tan solo un instante cada día soy Musa. Nunca digo porque lloro, porque río, porque callo... porque enloquecería. Nunca cuento de mis ganas. No hablo de mis desvelos, ni de tantas cosas... Nunca
Quizás lo haga. 

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