sábado, 24 de septiembre de 2011

Los peligros del escepticismo

El escepticismo tiene por función ser peligroso. Es un desafío a las instituciones establecidas. Si enseñamos a todo el mundo, incluyendo por ejemplo a los estudiantes de educación secundaria, unos hábitos de pensamiento escéptico, probablemente no limitarán su escepticismo a los ovnis, los anuncios de aspirinas y los profetas canalizados de 35.000 años. Quizá empezarán a hacer preguntas importantes sobre las instituciones económicas, sociales, políticas o religiosas. Quizá desafiarán las opiniones de los que están en el poder. ¿Dónde estaremos entonces?

Hay escepticismo porque hay mucho imbécil y mucho ignorante. La ignorancia y la imbecilidad forman parte también de la evolución humana. Pero está claro que será muy difícil desbancar a la ciencia y al conocimiento, a la reflexión y a la racionalidad. Yo no creo, yo pienso. Las personas que pensamos creemos que tenemos que trabajar para mejorar el funcionamiento de la especie. Después están los ignorantes y los imbéciles que piensan al revés, con lo cual evitan el progreso de la especie.

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