Para comprender por qué Oriente es concéntrico y Occidente lineal hay que ir al fondo de su mentalidad y rastrear, desde el origen como se forjó la concepción del mundo de cada cultura. La mitología permite discernir en el subconsciente de orientales y de europeos dos ideas del tiempo radicalmente distintas: tiempo cíclico de Oriente y tiempo lineal de Occidente. Asia está regida por el signo del eterno retorno, de ahí su fatalismo-ese conformismo que irrita al occidental-y la inmensa paciencia de unas culturas que se cierran, autocomplacidas, sobre sí mismas. Europa es la tierra del tiempo lineal, del viaje y el progreso, de los pueblos irredentos cuya mitología habla de una caída original, un trabajo de liberación y transformación, al final de los tiempos. La misma estructura que configura el pensamiento cristiano y judío se incorporó en el marxismo, cambiando caída por capitalismo, redención por lucha de clases y juicio final por disolución del Estado: es siempre la noción del tiempo lineal, del progreso, del trabajo, y como origen y motor de todo, la culpa. Tiempo lineal y culpa se apoyan mutuamente, pues aquel no existiría sin el origen, que es la caída: la culpa. Decía Lin Yutang que para hacer cristiano a un chino primero hay que convencerlo de que es culpable.
Interesantes reflexiones del libro Oriente y Occidente de Luis Racioner
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