De como el cine ayudó durante muchos años a perpetuar los estereotipos sobre la homosexualidad, así como de los esfuerzos, en ocasiones infructuosos, de tratar este asunto con naturalidad y sin prejuicios, da cuenta este gran documental "The celulloid closed" (El celuloide oculto), dirigido por Rob Epstein y Jeffrey Friedman. La producción, que dura 100 minutos, demuestra que la censura ha dado lugar a situaciones ridículas o imposibles por ese afán de abordar el mundo gay sin nombrarlo, es decir, manteniendo su carácter tabú.
Un ejemplo es "Suddenly, last summer" (De repente el último verano), basada en una obra de Tennesse Williams, dirigido por Joseph Mankiewicz e interpretado por Elisabeth Taylor, Katherine Hepburn y Montgomery Clift. En esta película, en ningún momento se habla explícitamente de la homosexualidad de Sebastian, personaje al que nunca se ve la cara y cuya condición sexual es la clave de toda la historia.
Pero una de las anécdotas más divertidas se refiere a la película"Pillow talk" (En España se tradujo como "Confidencias a medianoche"), dirigida por Michael Gordon y con Doris Day y Rock Hudson como protagonistas. Para el colectivo gay resultaba hasta divertido ver como Hudson, homosexual en la vida real, interpretaba en el filme a un heterosexual que, a su vez, simulaba ser gay.
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